Cuando te enamoras...
¿Lo sientes?
Esa sensación de tocar el cielo con la punta de tu dedo
índice, alcanzar el cielo y acariciar esa estrella que todas las noches
miras por tu ventana antes de dormir, con la esperanza que ocurrirá algo
atípico, que cambiara tu vida por completo, cerrando el final del libro con un
final feliz en el cual la princesa encuentra a su príncipe y se terminan
uniendo en el matrimonio para compartir todo juntos para siempre.
¿Las oyes?
Son las mariposas en mi estómago cuando te veo, cuando veo
tus ojos entrelazados con los míos, esos ojos, verdes pero también azules,
azules pero también amarillos.
Nunca supe el color exacto de ellos pero sé que cada vez que
me miras, esas mariposas emiten un sonido ensordecedor; gritos de alegría y
desesperación dentro de mí que se convierten en nerviosismo para el exterior.
¿Lo ves?
Mis ojos cada vez que recibo un mensaje de texto tuyo, o
cuando me hablas se iluminan y quedan como dos luceros en medio de cualquier
oscuridad. Aunque mis ojos son del color más común que exista, ellos se
iluminan al verte, al leerte.
Las sensaciones que causas en mí son lo locas, descabelladas
y absurdas, como yo… pero son esos sentimientos que se instalan en tu corazón y
cada vez que lo estimulas, se produce un cosquilleo en el que me hace caer en
mi cama y a mirar la luna recordando cada gesto que hiciste la última vez que
nos vimos.
Cada vez que te veo desde el otro lado de la esquina me
desespero locamente, te veo como una llama de fuego que todos los días me atrae
hacia ella, que cada día me arriesgaría más al acercarme a ella, sin importar
las consecuencias, sin importar quemarme.
¿Recuerdas?
La primera vez que me hablaste, solo por un asunto que nada
tenia que ver conmigo, que hasta mi nombre olvide al quedar hipnotizada con tu
mirada tan profunda y risueña.
Olvide hasta mi edad, al ver esa sonrisa pícara, al
preguntarme con nerviosismo aquello que hoy ya ni recuerdo, tampoco la
respuesta, solo te recuerdo a ti.
Olvide hasta mi fecha de cumpleaños al contemplar con cierto
disimulo tu cuerpo; por lo que observe en ese momento medias 1,56 , tus
cabellos marrones, tus labios carnosos y suaves a la mirada que si no hubiera sido por mi
auto control, te hubiera robado un beso al instante.
Hoy, lo único que se y puedo decirte: es que me traes
locamente enamorada, solo pienso en ti, solo quiero estar contigo en cada
momento de mi vida.
Solo se que así como sube la marea, así como los pájaros
cantan, así como nos sentimos indentificados con aquella canción de amor que
escuchamos en la radio camino al instituto, te amo, y haré todo para
demostrarlo.
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