¿Qué sentimos cuando no sentimos nada?



Nos vemos buscando las mas profundas sensaciones en el corazón, hasta que nos olvidamos de sentir lo que
realmente ocurre a nuestro alrededor.
Ya débiles, ante cualquier confusión o tontería nos vemos obligados a agrandar las cosas, haciendo de ellos grandes tragedias, para engañarnos diciendo que sentimos dolor.
Veo a mis compañeros, y todos creen necesitar dolor, todos quieren sufrir o padecer un problema del cual apenarse día a día arrepintiéndose de hechos pasados y pisados.
Pero, yo ya he probado el dolor y la amargura, y os invito a probarla, solamente desearan no haberlo deseado jamás.
No es un buen recuerdo perderse en un mar sin fondo ni tierra a la vista.
Tratando de alcanzar una ilusión óptica de mi mente salte de la canoa y me hundí, me hundí en ese mar profundo del pasado.
Mis brazos, débiles luchando ante la marea alta, mis piernas flotantes en las aguas cristalinas, mis ojos perdidos en ese cielo despejado, mi alma cegada por el sol que quise alcanzar, por curiosidad de sentir el verdadero calor, el verdadero fuego, el verdadero fin del mundo.
¿Todavía tienes esa necesidad de necesitar algo para no estar completamente bien?
 

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